En el artículo de hoy quiero hablar sobre las relaciones tóxicas, pues sé que es un tema que de mucho interés para personas que viven este tipo de relaciones en distintos contextos.
Y sé lo tóxicas y destructivas que son.
Lo sé por experiencia propia…
Así que vamos a ello 😉
Índice de contenidos
- Cuáles son las relaciones tóxicas
- Relaciones tóxicas adictivas
- ¿Cómo identificar relaciones tóxicas?
- Cuántos tipos de relaciones tóxicas existen
- Relaciones tóxicas familiares
- Relaciones tóxicas en la amistad
- Relaciones tóxicas en la pareja
- Síntomas comunes de las relaciones tóxicas
- Cómo dejar o terminar relaciones tóxicas
- Conclusiones
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Cuáles son las relaciones tóxicas
Para mí, la definición de relación tóxica es aquella que, de alguna forma, se considera una relación destructiva.
No, no tiene por qué ser una relación de odio (aunque las hay, de esas que se pasa del amor al odio en apenas fracciones de segundo), ya que es posible que una relación pueda ser en cierta medida respetuosa. Y aun así ser tóxica.
En la mayor parte de las facetas de la vida, el ser humano utiliza su aspecto cooperativo para asociarse con otros congéneres, y así lograr un fin común. Uno donde ambas partes se vean beneficiadas.
Asociaciones de este tipo las encontramos en el ámbito laboral, donde un grupo de personas trabaja juntas para lograr objetivos comunes. En el caso de un negocio, hacer que éste se mantenga en un statu quo que le permita subsistir económicamente y que, además, ofrezca beneficios financieros para que las personas implicadas puedan vivir de ello.
Otras asociaciones se ven en el mundo de los deportes, donde grupos compiten contra otros para lograr la victoria del equipo.
En todos estos casos vemos que el beneficio común también se transforma en el beneficio personal, pues los individuos, de forma particular, también obtienen una ganancia propia.
Esto también ocurre, evidentemente, en el mundo de las relaciones personales. Ya sean éstas del tipo amistad o amorosa, estas asociaciones ofrecen a ambas partes ventajas que hacen que éstas mantengan la relación, pues es constructiva para ambas.
Hay ganancia mutua.
En el caso de las relaciones tóxicas, estas asociaciones se convierten en algo dañino. Puede ser que ambas partes sigan obteniendo algún beneficio que les haga continuar juntas. Pero, además, reciben muchos problemas personales del tipo emocional y psicológico. En casos drásticos, también en el plano físico.
Por lo tanto, las relaciones tóxicas son todas aquellas donde existan problemas que hacen que las partes implicadas se planteen seguir adelante con la asociación. Y cuando esto ocurre es porque algo no va bien.
Relaciones tóxicas adictivas
En muchas ocasiones, cuando se habla de relaciones tóxicas se incluye la dependencia emocional. Esto sucede con mayor probabilidad en las relaciones personales.
Amigos/as que aun teniendo conflictos constantes, siguen juntos, amparados en ideales como que si es amistad de verdad, se puede con todo.
Relaciones de pareja que bajo la “bandera del amor”, aguantan casi lo inaguantable, destruyéndose mutuamente con lentitud.
En estos casos el grado de dependencia emocional es altísimo.
Puede ser que una de las partes dependa emocionalmente de la otra, sintiéndose incapaz de abandonar la relación, aunque ésta le esté aportando problemas, dolor y sufrimiento.
Pero también es posible que haya una codependencia emocional. Esto es que ambas personas dependan, emocionalmente, la una de la otra. Si les preguntas por separado sobre lo que opinan de la relación y el beneficio de estar juntos, y les pides que hablen con sinceridad sin temor a ser juzgados ni recibir consecuencia alguna, te dirán que están cansados/agotados/hartos de la relación.
Se sienten consumidos, desgastados con algo que ya debió de acabar hace tiempo. Pero por algún motivo casi desconocido, siguen apegados a la relación.
Estas situaciones se dan especialmente en las relaciones de pareja.
Una persona puede tener un vínculo emocional fuerte con un trabajo, pero si la situación se vuelve totalmente tóxica y desgastante, buscará otro empleo. Y si no lo hace es porque entran en juego otros factores, como podría ser el miedo a dar el salto, encontrar un puesto laboral seguro, enfrentarse al mercado laboral después de mucho tiempo…
En una relación de amistad también hay cierto límite, que aunque no está establecido de ninguna manera y es cambiante dependiendo de cada caso personal, un individuo permitirá la toxicidad hasta cierto punto. Sobrepasado, generalmente pondrá espacio de por medio con la otra persona, ya que la relación no le aporta.
Sin embargo en las relaciones de pareja es diferente. La codependencia emocional se puede ver, por ejemplo, en matrimonios que llevan muchos años juntos (o en relaciones de noviazgo largo), teniendo una relación tóxica, desgastada, donde el amor brilla por su ausencia.
Y aun así continuar unidos debido a que dependen, de alguna forma, el uno del otro.
¿Cómo identificar relaciones tóxicas?
Es muy común que se dé el siguiente escenario: una persona se cansa de tener una relación tóxica y decide dejarla.
Pasa el tiempo y empieza una nueva relación de pareja. Y más adelante se percata de que ha llegado al mismo tipo de relación: una que le aporta muchos problemas.
Sobre esta situación se ha especulado mucho, siendo lo más común el decir que al principio todo es muy bonito, pero luego vienen los problemas.
También se dice que las personas, en los comienzos, esconden su verdadera personalidad, para sacarla más adelante. Entonces es cuando llegan los conflictos.
En el contexto de las relaciones tóxicas y bajo mi punto de vista, lo que sucede es que al comienzo de la relación no existe ningún tipo de dependencia emocional. Es cierto que la pareja aún no se conoce a fondo, no ha pasado por distintas experiencias que hacen que el carácter de cada uno, en diferentes expresiones, se muestre.
Quizás por ello al principio todo sea más sencillo. Máxime si le aplicamos el importante peso que tiene el concepto de la ilusión de conocer a alguien, empezar algo que no tiene cargas emocionales negativas.
Con el tiempo comienzan a aflorar distintos rasgos de la personalidad de los componentes de la relación, debido a que se viven experiencias diferentes. Una de las que más conflictos revela es la convivencia. Estar con alguien varias horas del día en un contexto íntimo hace la personalidad se muestre tal y como es.
Es por ello que la convivencia puede ser muy complicada, porque en este contexto las personas mostramos nuestro interior casi con totalidad. Y con ello también nuestra sombra.
Todos tenemos sombra. Es aquella parte de nosotros que no nos gusta, que nos hace conflictivos de cara a los demás. En la sombra se encuentran los problemas emocionales, las carencias, los asuntos personales a trabajar.
Cuando dos personas se unen emocionalmente, el beneficio que la relación aporta hace que la sombra aparezca, en modo -por ejemplo- de miedo a perder la relación. Otro aspecto podría ser el de cierta actitud victimista de una persona, a la cual le gusta que la cuiden, mostrándose dependiente de su pareja.
Cuanto más íntima se vuelva una relación, más transparencia habrá en las personas que la componen. Y no es que éstas decidan o no mostrar lo que tienen dentro. Es, simplemente, que se dan los contextos y situaciones idóneos para que lo que está dentro brote hacia el exterior.
Cuando pasas por diferentes relaciones tóxicas, no has de culpar a la mala suerte por dar con personas complicadas. Tampoco pensar que, hoy en día, las personas no aguantan nada y por ello hay problemas rápidamente. O que la gente está enferma, llena de problemas que paga con los demás.
En estas situaciones has de mirar dentro de ti, porque sólo hay un responsable de que vivas esas experiencias: tú.
Cuántos tipos de relaciones tóxicas existen
Las relaciones tóxicas son de muchos tipos. Tantos, como diferentes relaciones hay entre las personas. No obstante, me gustaría enumerar a continuación las más comunes.
Relaciones tóxicas familiares
Aunque no lo parezca, este tipo de relaciones suelen ser las más nocivas y difíciles de tratar, pues están vinculadas con personas de gran importancia para nosotros.
Un padre que autoritario, una madre manipuladora, un hermano o hermana que te hace de menos y te sientes a su lado como alguien de poco valor… Las figuras familiares quedan grabadas en nuestra mente desde tierna edad; es por ello que se complica el cambio de paradigma mental para poder enfocar a esas personas de otra manera.
¿Qué hacer en estos casos? Algo que a no todo el mundo le apetece, pero que es estrictamente necesario: poner límites saludables.
Si hace daño, mejor apartarse de esa persona. Y si es alguien de quien no te puedes apartar, saber controlar el tiempo que pasas con ella o lo que escuchas y hablas.
Es mejor saber decirle ‘no’ a una madre, que sentirnos ‘por los suelos’ cada vez que tratamos con ella.
Relaciones tóxicas en la amistad
Dicen que quien tiene un amigo, tiene un tesoro. Y generalmente es así. Pero a veces existen figuras que son muy negativas, incluso en el ámbito de la amistad.
Los roles de la psicología humana también se extrapolan al campo de las relaciones de amistad. Las características personales de cada cual hace que se comporten de formas diferentes con los demás.
Una persona que tiene un aspecto dominante, puede convertirse en una amistad terrible si cedemos a su posición de poder (generalmente lo hacen de forma inconsciente), y de esta forma nos anulamos y sentimos ‘pequeños’ a su lado.
Como en el caso de las relaciones familiares, saber marcar límites es lo más aconsejable. Y si tras hacerlo una amistad se va de nuestro lado… mejor que así sea.
Relaciones tóxicas en la pareja
Las relaciones amorosas son las que más importancia solemos darle en este tema que se trata.
En principio, es muy complicado identificar si una persona que hemos conocido se podrá convertir en una relación tóxicas. Salvos casos específicos, los signos o señales suelen llegar con el tiempo. Y esto es debido a que todos, al principio, solemos mostrar nuestra faceta más amable. Y con el tiempo y la confianza, comenzamos a mostrar aspectos de nosotros que antes habíamos mantenidos ocultos.
No lo hacemos con mala intención. Y si a alguien quiere señalar y culpar a otro porque le ocultó algo suyo, que haga examen de conciencia auténtico y real, para darse cuenta de que en una medida u otra hizo lo mismo.
Las relaciones tóxicas y destructivas en la pareja suelen darse porque se unen dos personas con carencias muy fuertes. Y así se forma ese famoso círculo vicioso de ‘ni contigo, ni sin ti‘. Las consecuencias de ello va desde una simple relación insatisfactoria a vivir auténticos infiernos personales.
Síntomas comunes de las relaciones tóxicas
Me gustaría, en este punto, hacer una especie de enumeración de los síntomas que pueden experimentar algunas personas que tienen relaciones tóxicas.
Básicamente lo hago porque tal vez algún lector aún tenga dudas respecto a si vive una relación tóxica o no.
Síntomas comunes de las relaciones tóxicas:
- Dependencia de la relación y la otra persona. Quieres dejar la relación, pero no puedes por diversos motivos que te das a ti mismo.
- Experimentas sufrimiento.
- Sientes que no tienes la libertad que mereces, has de dar demasiadas explicaciones. E incluso, pedir permiso para hacer cosas que a ti te apetecen y consideras que están dentro de la normalidad.
- Antes de empezar la relación te sentías bien contigo mismo. Ahora es como si tuvieras menos autoestima. En definitiva, sientes que tienes menos fuerza, coraje, valentía. Parece como si te hubieras desgastado.
- Tienes sueños e ilusiones de salir de la relación y comenzar algo distinto, ya sea en solitario o con otra persona.
- Discusiones constantes. Falta de entendimiento. Roces, conflictos. Hay más desequilibrio en la pareja que armonía. Hay más malos momentos que buenos.
- Una de las dos partes se siente sometida a la otra.
La lista puede continuar casi de forma interminable. Pero creo que con estos ejemplos que he puesto ya sabes en cuál sentido continuaría.
Si te sientes identificado con algunos de los puntos expuestos, no tengas duda de que te encuentras en una relación tóxica.
Una relación sana y constructiva siempre es para sumar, no para restar.
Cómo dejar o terminar relaciones tóxicas
Pasar de relaciones tóxicas a relaciones sanas es posible. De hecho, es lo aconsejable para el bienestar de ambas partes.
Muy bien, ¿pero cómo hacerlo?
Déjame decirte algo: nadie dice que esto sea fácil o sencillo. Si quieres encontrar una pastilla que te libere del dolor a la pérdida, no la vas a encontrar.
Igual quisieras recibir una especie de descarga eléctrica, controlada médicamente, que te haga olvidar y así poder dejar la relación. Pero no, eso no existe.
Las relaciones personales son el mayor campo de trabajo personal que podemos hacer. Interactuando con los otros, como decía antes, aparece nuestra sombra, y ello es siempre una oportunidad para mirar dentro de uno mismo y comenzar a sanar aquello que ahora se puede ver.
Me gusta decir que es muy fácil y sencillo irse a la montaña a meditar y vivir una vida contemplativa, pretendiendo así hacer un avance personal y espiritual.
Pero la realidad es que el verdadero avance está aquí abajo, en la jungla: las relaciones con los demás.
Cuando estás en solitario, en calma, no puedes ver qué partes de ti hay que trabajar. Tus conflictos emocionales no dan la cara. Por lo tanto no aparecen esas magníficas oportunidades de observación.
Una persona que está sola no sabrá si es celosa (o si ha superado una faceta de manifestar celos) hasta que esté en una relación de pareja.
Ver la sombra hace que nos sintamos mal, en desequilibrio. Nos hace sentirnos incómodos, sufrir emocionalmente. Pero también tenemos la magnífica ocasión de reconocer lo que hay en nuestro interior para poder trascenderlo.
Sin el conocimiento de la existencia de algo, no es posible tomar la acción pertinente para superarlo.
Dejar una relación es, en ocasiones, tan difícil como lo es para un toxicómano dejar la droga a la que está enganchado. Al crearse una dependencia, porque algo se obtiene de esa relación, se crea una “barrera” que impide soltarla.
Pero esto es algo que está dentro de nosotros, y que es posible trascender.
Lo primero que hay que hacer es ser consciente de que esa relación poco o nada aporta. Y aunque algo te ofrezca, es mayor la insatisfacción y el sufrimiento que recibes.
Déjame decirte algo: si la relación fuese buena, no estarías en la situación en la que te encuentras.
Y no, no hay que aguantar porque “nada es perfecto y no se puede pretender vivir siempre feliz, ya que las relaciones son difíciles”. Esto son excusas que nos damos para no encarar la realidad: nos aterra soltar la relación, porque estamos enganchados a ella.
Evidentemente en todas las relaciones habrá momentos de conflicto. De no estar de acuerdo en algo. Pero eso será el mínimo de las ocasiones, y lo que primará en la relación será los buenos momentos, el respeto, la cooperación y el amor.
Cuando no es así, es el momento de “volar” de ahí. La relación se ha transformado en algo nocivo. Y aunque está bien poder dedicar un tiempo para trabajar juntos en resolver los problemas y conflictos, llegado un momento donde se ve que no hay avance, lo mejor es soltar.
La relación ya cumplió su función, dio lo que tenía que dar y ahora toca que cada parte continúe su camino.
Por lo tanto, después de tener conciencia de que vives una situación tóxica, toca echarle coraje y dejar la relación.
Este paso sé que es importante, y que dependiendo de las circunstancias de cada persona implicará más o menos cambios.
Sólo déjame decirte una cosa, para cuando tengas tus momentos de duda debido a la situación personal que vives: el que quiere lograrlo, encontrará una forma. Y el que no, sólo encontrará excusas.
Tener claros los motivos para dejar una relación tóxica nos ayuda a poder ejecutar la acción pertinente para acabar con ella. Puedes hacer un listado de las razones que tienes para salir de ahí, lo que pierdes con esa relación. El sufrimiento y el dolor. El desgaste emocional, la frustración.
Y a todo eso, aportarle una gran dosis de valentía, ilusión por lo que puedes lograr. Conciencia de que pasarás una temporada incómodo, pero que sólo durará un tiempo. Y que gracias a este acto (dejar la relación tóxica), no solo conseguirás los frutos de salir de una asociación negativa, sino que te superarás a ti mismo, y con ello crecerá tu creencia e imagen personal, tu autoestima.
Hay un refrán que dice: no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Personalmente, me encanta.
Conclusiones
Las relaciones tóxicas están a la orden del día y son parte de nuestro aprendizaje. Todos las vivimos en diversos momentos de nuestras vidas. Y están ahí para enseñarnos lo que hemos de trabajar, pues ayudan (como cualquier otra relación) a sacar nuestra sombra. Y con ello poder ver nuestro interior, siendo así conscientes de lo que debemos trabajar si queremos realizar un avance personal.
Según evolucionas en tu trabajo personal, tu crecimiento interior, pasas de tener relaciones tóxicas a relaciones sanas. Pero para llegar a ello hay trabajo interior que hacer. Enfrentar miedos personales, inseguridad.
Aunque lograrlo es muy posible, estando al alcance de quien de verdad desee un cambio en su vida. Cualquier persona puede realizarlo, sólo ha de proponérselo y lanzarse a por ello, saliendo así de la zona de confort.
¿Vives actualmente una relación tóxica? ¿Las has tenido y has salido de ellas? ¿Estás en una que no puedes soltar? Déjanos un comentario, estoy seguro que a más de una persona el aportará mucho valor 🙂
Un fuerte abrazo.
Óscar Martín.
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¡Hola! Pienso que el origen de vivir relaciones tóxicas, siempre parte desde el mismo punto, falta de amor hacia uno mismo, y con ello no me refiero a un amor ególatra. Sino más bien a amar la existencia que uno es, respetar la vida, no autocastigarse, no autoinculparse. Hay una profunda tendencia a ello por falta de nuestro propio reconocimiento del ser y el alma o espíritu que somos. Oímos hablar y nombramos las palabras, las leemos, pero no las integramos como parte de nuestra identidad.
Pues sombras siempre existen y siempre el otro te las refleja, ¿pero donde queda el amor incondicional? Difícil amar íntegramente a otra persona, si uno no lo hace hacia si mismo. Y para ello se requiere aceptación, que es muy distinto a resignación o aguantar lo inaguantable. Pero es necesario pienso aceptar tanto las virtudes como las limitaciones o defectos en uno mismo y amarlos, habrá cosas que pueden cambiarse pero otras no, sólo trascenderlas para vivirlas en paz, y con ello es más fácil que fluya el respeto hacia el resto y las relaciones sanas. A veces es complicado, porque uno no suele aguantarse asi mismo en lo más profundo de su ser, no se ama, no se acepta y cuando se relaciona, ciertamente culpa al otro de algo que simplemente le está mostrando y reflejando. Uno piensa que solo o apartado de los demás o incluso cambiando de pareja, eso puede cambiar. Pero no es así. Tarde o temprano esa careta que nos ponemos para agradar al otro, cae o se va cambiando según se quiera manipular la situación. Y claro es un gran problema, ninguno es él mismo, ni auténtico al cien por cien. Porque posiblemente ni a solas lo sea, siempre se autoengaña y oculta lo que cree no gusta, y busca distracciones para seguir ocultando eso. Y así ocurre… que aún más en las relaciones más íntimas, pues eso explota tarde o temprano e incluso surgen los sacrificios que después son reprochables, surgen por miedo a perder el amor de otro que en realidad es la falta de amor hacia uno mismo en esencia y ser, que no en ego y arrogancia. Así que… pienso lo principal es amarse, con lo cual aceptarse en todas las facetas, y no pretender tanto gustar o encajar, y por ello uno tenga que usar siempre caretas. (esta bien comprarse un vestido bonito o un helado o ir a bailar o posar en una foto bonita jjjeejje, como dicen para subir autoestima) pero pienso que incluso eso mismo puede a veces distraer del punto o foco de atención real interna, importante y esencial. Porque descubrir el amor y la aceptación es mucho más profundo y a la vez simple, aunque complicado según lo perdido que nos encontremos de nuestro centro de conexión interna. Así que de poco sirve huir de las relaciones y temer comprometerse en ellas, tarde o temprano y gracias que asi es, alguien te refleja aquello que tanto aborreces de ti mismo (igualmente lo que tanto te agrada), que aún no aceptas o transciendes. Y con ello no me refiero a no cambiar y trabajar comportamientos infrahumanos, aún en ese caso la raíz es la misma, falta de amor…, no externo, sino interno.
Así pues pienso que ya de por sí, son muchos de los pensamientos y creencias lo que produce toxicidad en las relaciones 🙂
Gracias por tu escrito y tu bella dedicación en ayudar. Un Abrazo!!!!
Gemma, muchas gracias por tu extenso y valioso comentario.
Totalmente conforme con que el «problema» radica en que tenemos temas personales que trabajar. Por ello somos tan dependientes de los demás, exigimos demasiado, controlamos… Y como dice el refrán: «Dios los cría, y ellos se juntan». Por vibración y/o resonancia, atraemos a personas que están en nuestro mismo estado.
Por eso decía que para pasar de relaciones tóxicas a relaciones sanas hay que hacer un proceso de trabajo interior. Y cuando te quieres y has sanado esos problemas que hay dentro de ti, atraerás a otro tipo de personas. Y tampoco podrás estar con ciertos roles.
Gracias por estar aquí. Un fuerte abrazo 🙂
¡Hola Oscar!
Totalmente de acuerdo. Y añado… que es un regalo que existan personas como tú, que ayuden y acompañen a las personas a acercarse más a sí mismas, para empoderarse. Que ello principalmente, tu autoindagación te ayuda a ti interiormente y que a la vez lo compartes, y ello lo conviertas en tu vida y en tu trabajo, e inviertas todo tu tiempo y ello lo hagas con pasión. Eso para mi, es completamente admirable. Me encanta que las personas de corazón se multipliquen. Que con ello se fomente la interdependencia, que es el apoyo y cooperación entre todos, a favor del bienestar en comunión.
¡Gracias, un gran Abrazo! 😉
Muchísimas gracias a ti por tus palabras de ánimo 😀
Abrazo de vuelta.
He decidido irme de una relación de ese tipo. Necesitaba amar y amé hasta que me desintegró por completo. Mi persona no existía, mis deseos no existían, solo era el y acompañarle a el, abandoné a mi gente casi por no molestarle a el. Mi único objetivo era que el estuviese feliz y yo ser feliz consiguiéndolo. Pero nunca era suficiente, y yo siempre era la culpable de todo. A veces ya no sabia cual era la realidad ya dudaba de mi misma. Mis amigas no daban crédito, yo una mujer decidida e independiente ahora aceptando todo lo inaceptable . Quiero salir, ojalá no me busque como en ocasiones, le extraño, inexplicablemente le extraño… pero se que gano … se que volveré a ser yo. Son monstruos sueltos . Lo que empieza como amor se convierte en tu condena.
Hola Romina, bienvenida y muchas gracias por tu comentario.
Voy a destacar una parte de tu mensaje: «Mi único objetivo era que él estuviese feliz y yo ser feliz consiguiéndolo«.
Esa parte en negrita fue el mayor de tus problemas. Querías cubrir una carencia tuya entregándote a alguien. Quisiste llenar un vacío interno con algo externo. Cuando eso debía ser atendido, cuidado y completado por ti misma. Con tu amor hacia tu persona. Por tu dedicación plena hacia a ti.
Las relaciones de dependencia -y todas lo son, en uno u otro grado- ocultan deficiencias con uno mismo. Lo bueno es que nos pueden hacer de espejo. Por eso ocurren cosas como: «Pero nunca era suficiente, y yo siempre era la culpable de todo«.
Damos con personas con carencias homólogas o afines, que nos ayudan a descubrir lo que nosotros tenemos dentro y no vemos (teoría de los espejos). Y con su rechazo -porque esas personas también se dan cuenta, aunque sea inconscientemente, que la práctica de tratar de llenar el vacío interno con la otra persona no funciona, por eso entran en conflicto y rechazan-, descubrimos que ese camino no es el que hemos de recorrer.
Ese sendero sólo nos hace cavar más y más hondo el foso en el que ya estamos.
Que él te busque o deje de hacerlo no importa sí tú has tomado la decisión. Aunque es mejor no tener noticias de ningún tipo, porque es igual que el drogadicto que está dejando su adicción: cuando más alejado de ésta, mejor. En eso tú puedes hacer cosas para no contactar con él.
Sabes lo que es bueno para ti y lo que no. Sé consciente de ello y hazte responsable de tus actos. Al final, en tu vida ocurren sólo cosas para superarte a ti misma. Y esta es una prueba más. Una con la que puedes.
Un fuerte abrazo y mucho ánimo.
Gracias a este artículo que has escrito, puedo tener luces para lograr salir de una relación, lastimosamente tóxica. Hay mucho de ello que me identificó y que hacían parte de mi día a día con mi ex pareja.
Ahora lo que viene es trabajo interior. Sanar
Muchas gracias Oscar!
Hola Eduardo.
Me alegra mucho saber que el texto te ha aportado en tu situación personal.
Trabaja duro, que la recompensa merece la pena 😉
Un abrazo y mucho ánimo.
Buen día, leí todo tu artículo y es increible como describis mi vida actual… yo estoy sumida en una relacion toxica de la q estoy saliendo o mejor dicho intentando salir….me separe de mi ex marido porque me fue infiel y perdone no solo una sino varias veces por qué lo hice? miedo a la soledad, al abandono…no lo sé….hasta que me di cuenta que me estaba hundiendo ya no tenia vida …solo respiraba su aire…me estaba enfermando… discutimos y se fue y aunque no lo creas lo espere sin decirselo espere que vuelva queria q vuelva…pero él era tan orgulloso que creo que gracias eso nos separamos definitivamente pero no fue facil llore… sufrí… y por qué queria volver con el? no lo sé. Lo ayude mucho en todos los aspectos solo queria que el logre sus objetivos..pero me pago mal…porque se mudo con la que me engaño.
Meses despues de la separación volví a conocer a alguien …y que paso? casi un año despues descubri que tambien me engañaba… y lo perdone ..si nuevamente lo hice y seguimos hasta hace unos dias…porque ? por que lo vuelvo a hacer? tambien lo apoye en todos los aspectos…pero no era suficiente…quise separame muchas veces pero no quiso …me envolvia con hermosas palabras ..y yo volvia a caer… pero esta persona a diferencia de mi ex marido me llama o me escribe «hola , como estas» «solo queria saber como estabas»….y otra vez me revuelve todo por dentro
Me duele mucho esto…discutimos feo lo amenace lo llame varias veces al trabajo…no me reconozco… descubri otro engaño… pase días terribles no podia creer lo que paso darme cuenta que nunca me quiso …duele… pero hoy estoy creo aceptando las cosas…lo elimine de mis contactos…no lo tengo en ninguna red social…pero pispeo cada tanto por otro lado su perfil..esta mal no? …y lo peor de todo es que trabajamos en la misma empresa aunque en distintos sectores… eso me pesa mas…
Hola Claudia. Gracias por tu comentario.
Te aconsejo que leas un artículo que tengo, llamado «Cómo superar una ruptura de pareja». Pues más allá de cómo actuar en una situación así (aparecen pautas que te vendrán muy bien para tu caso personal), figura cierta teoría que te vendrá bien para entender por qué estás repitiendo patrones.
La dirección del artículo es esta: https://buscandotucamino.com/como-superar-una-ruptura-de-pareja/
Un abrazo y mucho ánimo.
A mi… me han pedido un tiempo…
No sé muy bien si será algo positivo o negativo. Es un hombre viudo con una mochila muy dolorosa a la espalda y no sabe muy bien ni que quiere ni cómo lo quiere. Mi interpretación es muy negativa, siento que no me quiere, me invaden pensamientos imaginarios y dolorosos
Tiene su tiempo, no le llamo ni escribo ni nada, pero estoy horriblemente mal… dependencia? No lo sé… sólo sé que estoy cada día peor
Sara: si alguien me pidiera tiempo, le regalaría un reloj… Porque no soy ni un segundo plato ni la opción cuestionable para otra persona.
Si alguien está a mi lado, que sea de forma auténtica y consciente. Y quien tenga dudas, que se vaya a solucionar su mochila personal. Gente tan cargada de historias, mejor lejos.
Pero las preguntas que te incumben son: ¿tú quieres a alguien así a tu lado? ¿Y quieres ser esa opción sustituible y secundaria para esa persona?
Un abrazo y mucho ánimo.
Me gustó lo que leí y la verdad estoy en una relación tóxica creo que sí necesito ayuda urgente