Todos hemos oído hablar de personas que han nacido con grandes dones. Las hay en todos los campos y gremios que uno se pueda imaginar.

Podemos hablar de la ciencia, donde se encuentra el gran Albert Einstein. O en la música, donde genios como Mozart o Beethoven sobreviven al paso de los años debido al magnífico legado que dejaron tras de sí.

Leemos las historias de esos fuera de serie de la raza humana y nos llenamos de asombro. Y en ocasiones de cierta envidia, porque a quién no le gustaría ser un genio en algo, ¿no crees?

Pero, ¿todo depende de los rasgos de nacimiento? ¿El hecho de haber nacido con una serie de capacidades o características te asegura el éxito en un área concreta? ¿Qué hay, entonces, de echarle ganas y conseguir tus metas y objetivos (tu idea del éxito) a base de esfuerzo personal, sin ser previamente un fuera de serie? ¿Es posible hacerlo, o has de nacer con ciertos “dones”?

¿Qué es más importante, la aptitud o la actitud?

De esto vamos a hablar en este interesante artículo.

El significado de la aptitud

Aunque el término “tener aptitud” sirve para decir que alguien es apto (o válido) para algo en concreto, uno de los usos más extendidos es el de denominar una característica como una especie de don de nacimiento.

Para explicarlo sencillamente, se podría decir que alguien que tiene de forma natural facilidad para realizar una tarea, como por ejemplo aprender a tocar un instrumento o tocar canciones con haberlas escuchado una o dos veces.

Se hace fácil para esa persona, no le cuesta. Es algo que siempre se le dio bien.

A esto se le llama aptitud.

Cómo usar la aptitud

La gente que usa su aptitud lo hace de una forma totalmente natural. Es aquello con lo que has nacido y se te da bien sin hacer esfuerzos.

Como se comentaba antes, son tareas que te resultan sencillas. Es como aquella persona que aprender a hacer algo, y de primeras absorbe el conocimiento con rapidez, y su práctica es fácil.

Por lo tanto, usar la aptitud es de lo más sencillo.

Cuáles aptitudes hay

Enumerar las aptitudes existentes sería una tarea tan larga y prácticamente imposible como pretender enumerar los ‘puntos fuertes‘ que tienen las diferentes personas. Aquellas características en las que destacan. No obstante, ofreceré un pequeño listado, por si eso puede aportar algo al lector.

  • Facilidad en algún deporte (fútbol, baloncesto, atletismo…).
  • Habilidad con los números, las operaciones matemáticas.
  • Memorizar datos fácilmente.
  • Realizar un trabajo con soltura, destacando del resto.
  • El llamado ‘don de gentes’, lo que incluye relacionarse y hablar con otros de manera con fluidez, como haría un comercial o relaciones públicas.
  • Gusto por estudiar y aprender.

El significado de la actitud

El significado de la actitud

Por otro lado tenemos la actitud.

¿Qué es? En este caso, la actitud es la predisposición que alguien tiene para ‘enfrentar‘ una situación determinada.

La actitud de alguien puede ser positiva o negativa cuando se encuentra ante diversas situaciones.

Una persona puede tener una actitud de éxito a la hora de pensar y creer en sus metas y objetivos, o una de fracaso hacia aquello que desea (y que piensa que no conseguirá)

La actitud de ganador hace que, por ejemplo, un deportista dé lo mejor de sí mismo en cada competición, y que crea firmemente que es capaz de lograr el éxito en la disciplina en la que participa.

Fomentar y tener una actitud significa, como se puede imaginar, una decisión e implicación personal sobre ello. Se trata de una inversión de esfuerzo y fuerza de voluntad en mayor o menor medida. Lo cual hace obvio que aquella persona que quiera llegar a una meta alta, deberá invertir más recursos en alcanzar su objetivo.

Cuáles actitudes hay

Este caso no es como con las aptitudes, donde no se podrían enumerar todas las características personales.

Personalmente hablando, en le caso de las actitudes yo destacaría unas pocas:

  • Ganadora. Aquella que busca ganar (siempre y cuando no sea por cualquier medio).
  • La de la mejora personal y constante, donde el afán de superación hace que te mejores a ti mismo.
  • La positiva, que trata de enfocarse en lo que se puede aprender de cada situación, dándole así la vuelta a todos los acontecimientos.

Sin duda hay más, pero estas son las que a mí más me atraen. Son algo así como la ‘base‘ sobre la que se sostiene una personalidad que busca el crecimiento personal.

Pero también existe la mala actitud, como por ejemplo empezar el lunes maldiciendo el día, el trabajo, las obligaciones y hasta el aires que respiras.

Una mala actitud te resta valor personal, pues hará que tus actos estén por debajo de tus posibilidades. En el aspecto profesional, tu desempeño y efectividad serán peores, pues no están dando el cien por cien debido a tu falta de entusiasmo. Ahí la actitud correcta marca la diferencia, por lo que cambiar hacia una actitud positiva ofrecerá, siempre, mejores resultados.

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En qué se diferencia la aptitud de la actitud

A primera vista nos puede dar la sensación de que lo ideal es tener una aptitud de nacimiento. Es mejor que algo se te dé bien de forma natural, en vez de tener que trabajar para conseguirlo, ¿no?

Podríamos apostar a que así es.

Sin embargo, tener una aptitud en algo no garantiza que se alcance el éxito o la maestría en ese aspecto. Estoy seguro que si recuerdas tiempos de tu niñez, en la escuela, encontrarás en tu memoria algún compañero/a que era muy bueno para algo. Quizás una compañera dibujaba muy bien, o uno de tus amigos era un ‘crack’ en el fútbol, regateando a todos y marcando goles con facilidad.

Tal vez en tu familia hay alguien así, y eso te hace más sencilla la siguiente tarea: ¿recuerdas que alguna de esas personas haya dedicado su vida a ese arte que dominaba de forma natural, demostrando su maestría sobre ello a base de aprender y mejorar con el paso de los años?

Estoy seguro que ninguno de ellos. Y en algunos casos muy escasos puede ocurrir que alguien sí que haya conocido a una persona así.

¿Qué sucede en estos casos?

Básicamente, dos situaciones posibles:

  • Esta persona no le dio importancia a su aptitud, no quiso explotarla, pensó que no merecía la pena hacerlo o que no era tan buena como otros creían.
  • No fortaleció su aptitud con la constancia y el trabajo, que aportan la mejora y maestría.

Una persona puede tener facilidad para la música, pero si no aprende solfeo no podrá interpretarla en la partitura. Tampoco podrá tocarla si no dedica tiempo a los instrumentos musicales.

Podrías tener facilidad para jugar al fútbol, pero si no dedicas tiempo a jugar no acertarás en los regates, ni en los remates ni lanzando tiros a portería. Pues todo esto se aprende y afina con la práctica.

En resumidas cuentas: una aptitud sin la actitud de depurarla, potenciarla y mejorarla no sirve de nada. Se queda únicamente en un potencial sin explotar.

¿Y eso en qué resulta? Pues en casos como alguno que ya conoces: la amiga del colegio que dibujaba genial y que ahora es administrativa, o el primo que tenía unos dedos maravilloso para el piano y que ahora los utiliza para ganarse la vida como soldador (con todo mi respeto a estas y el resto de las profesiones, que conste 😉 )

Pero si no tengo aptitud, ¿no puedo hacer nada para destacar como el que sí la tiene?

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Si algo nos queda claro es que aquel que nace con una aptitud para algo, y la utiliza y practica, puede llegar a convertirse en un fuera de serie en esa faceta. Esto ocurre con “ases” en multitud de disciplinas, como por ejemplo los deportes.

Ahora bien, ¿qué ocurre con una persona que no tenga facilidad de nacimiento para algo en concreto, pero que disponga de una gran actitud para trabajarlo? ¿Tendrá posibilidades de convertirse en alguien que destaque en esa disciplina?

La respuesta es un sí rotundo.

Como decía antes, el tener una aptitud no te garantiza el éxito en esa característica. Nadie nace sabiendo. Y aunque existan muchas frases populares que digan que para algo en concreto “no se hace, sino que se nace”, las pruebas demuestras (afortunadamente) que nada más lejos de la realidad.

Lo que hace al maestro es la práctica, ni más ni menos. Y a este respecto, CUALQUIERA tiene mucho que decir.

Puedes haber nacido sin habilidades especiales para la música, e incluso que se te dé peor que a otras personas. Pero como le pongas ganas, actitud y tiempo… vas a destacar SÍ o SÍ ante los demás. Y lo harás a un grandísimo nivel.

[bctt tweet=»La actitud lo es todo. Si pagas el precio, serás aquello que desees ser» username=»_OscarMartin_» prompt=»CLICK PARA TWITTEAR»]

Cómo mejorar la actitud

Cómo mejorar la actitud

¿Pero acaso hay un precio que pagar? Por supuesto, como todo en esta vida.

¿Recuerdas lo que líneas más arriba decía sobre el que tenía aptitud pero no le dedicaba tiempo a la práctica? Que quedaba todo en potencial sin explotar.

Ese es el precio a pagar, la inversión personal que uno hace por conseguir lo que desea. Hacer lo que sea necesario para lograrlo. Y gran parte de ello es practicar, equivocarse, cometer errores y volver a ello, habiendo aprendido de las experiencias pasadas.

[bctt tweet=»Los fracasos son reajustes en tu camino para orientarlo hacia el éxito» username=»_OscarMartin_» prompt=»CLICK PARA TWITTEAR»]

Es el conocido “caerse y levantarse”. El que piense que en esta vida hay cosas que deberían ser gratis, o que sin hacer nada las metas llegan solas… que siga esperando sentado, viendo el tiempo pasar.

Todo tiene un precio, y el que sabe sobre llegar a objetivos y superar retos, conoce esta regla: para recibir, primero hay que dar.

¿Cuál es el precio a pagar para llegar a la maestría en algo? Práctica, práctica y más práctica. Dedición y constancia.

Por ello la aptitud sin actitud (la apuesta personal) no sirve. Y por lo mismo, una persona que nace sin aptitud pero que tiene una gran actitud, puede conseguir prácticamente cualquier cosa que se proponga.

¿Crees acaso que las aptitudes o dones de nacimiento marcan la diferencia? ¿Tal vez opines que las circunstancias personales son las que allanan el camino al éxito? ¿Piensas que por mucho empeño que le pongas a algo, si no se dan ciertas situaciones (sean éstas internas o externas), poco o nada puedes conseguir?

Permíteme que te muestra algunas historias…

Casos de actitud exitosa

Casos de actitud exitosa

Como dice la expresión popular, para muestra un botón. Y además, no hay nada tan estimulante como leer un caso de éxito y así uno poder identificarse con ello (aunque sea en algunos aspectos)

Caso de éxito: el equipo Hoyt

Equipo Hoyt

Este singular equipo está compuesto por Dick y Rick Hoyt (padre e hijo respectivamente), y su historia es maravillosa.

Rick (nacido en Massachusetts, EEUU) tuvo problemas en su nacimiento. Debido a una falta de oxígeno en el cerebro, fue diagnosticado de tetraplejia con parálisis cerebral espástica, lo cual genera que el cerebro no pueda enviar los mensajes correctos a los músculos.

Rick se encuentra postrado en una silla de ruedas. En cierta ocasión, le dijo a su padre si podían participar en una carrera para beneficiar a un jugador de lacrosse de su escuela que se había quedado paralítico. Rick quería demostrarle que la vida continuaba aunque tuviera una discapacidad.

Dick no había sido corredor en su vida, pero el amor que sentía por su hijo fue tan grande, que hizo todo lo necesario por convertirse en ello. Y participaron en la carrera, donde Dick empujaba la silla de ruedas de su hijo Rick.

Cuando la carrera acabó, su hijo le dijo: “papá, cuando corro siento que no estoy discapacitado”. Esto hizo que su padre se enterneciera y motivara a tal nivel, que comenzó a entrenar todo lo que pudo para poder participar en más carreras con su hijo. Cuando éste se encontraba en la escuela, Dick entrenaba colocando una bolsa de cemento en la silla de ruedas.

En las siguientes tres décadas corrieron alcanzando todos sus objetivos, y demostrando a todos aquellos que era muy posible participar en carreras, aun estando en la condición de un padre empujando la silla de ruedas de su hijo.

Las historias relacionadas con el equipo Hoyt son asombrosas, pues han participado en todo tipo de competiciones, incluso en aquellas donde debían nadar. El amor del padre por su hijo hizo que se esforzase al máximo. Y como él mismo reconoce, su hijo le hizo motivarse para dar de sí lo mejor que había en su interior.

Los logros del equipo Hoyt incluyen: 255 triatlones (6 Ironman, 7 medio Ironman, 22 duatlones), 72 maratones (32 maratones de Boston, 8 18.6 Milers, 97 medio Maratones), 1 20K, 37 10 Milers, 35 Falmouth 7.1 Milers (1 Falmouth en el otoño), 8 15K, 218 10K, 160 5 Milers, 4 8K, 18 4 Milers, 161 5K, 8 20 Milers, 2 11K, 1 7K, 1 de 20 millas en bicicleta con Best Buddies.

¿No te parece una historia increíble, digna de admiración?

Caso de éxito: Pablo Pineda, el maestro con síndrome de Down

Pablo Pineda

Pablo Pineda Ferrer es maestro, conferencista, presentador, escritor y actor español. Ha sido premiado en el Festival de Cine de San Sebastián con un premio por su participación en una película.

Diplomado en magisterio y a punto de licenciarse en psicopedagogía. Es el primer europeo con síndrome de Down en terminar una carrera universitaria.

Siendo niño habló con un maestro, el cual le hizo ser consciente de lo que es el síndrome de Down, pero que no por ello estaría incapacitado para continuar estudiando.

Actualmente da conferencias sobre la discapacidad, tratando de quitar prejuicios respecto a la diferencia con las personas que no tienen este síndrome.

Ha publicado dos libros y ha sido presentador de televisión, en un programa llamado “Piensa en positivo”.

Caso de éxito: Daniel «Rudy» Ruettiger

Daniel Rudy Ruettiger

La historia de Rudy es un claro y maravillo ejemplo de cómo el propósito y la superación personal pueden generar historias increíbles, motivadoras y ‘mágicas’, tanto para quienes la protagonizan como para aquellos que la conocen.

Rudy era un joven que tenía el sueño de jugar en el equipo de fútbol americano de la Universidad de Notre Dame. Aunque Rudy tiene cierto éxito en el equipo de la escuela preparatoria, no dispone de las calificaciones suficientes y el dinero necesario. Sin olvidar que Rudy tenía mucho menor altura y peso que un jugador promedio de fútbol americano.

Todo el mundo le decía que no era posible que fuese admitido, pero Rudy no hizo caso y luchó por su sueño. Rudy viajó a la universidad para tratar de ser admitido, y allí sufrió muchos obstáculos, como el descubrir que sufría dislexia. También sufrió las burlas de su círculo de conocidos, que se reían de sus intentos de entrar en el equipo de fútbol de la universidad.

Tras muchas vueltas, situaciones y obstáculos, Rudy finalmente fue admitido en el equipo y llegó a jugar en un partido durante unos momentos, donde realizó una excelente actuación y fue sacado a hombros por sus compañeros.

La historia de este grandioso personaje fue llevada al cine en la película “Rudy”, la cual fue nombrada como una de las 25 mejores películas deportivas de la historia. Cuenta con una magnífica banda sonora, y visionarla hace que uno sienta en su interior cómo la motivación crece… y que todo es posible para aquel que se propone algo de todo corazón.

 Caso de éxito: Cristiano Ronaldo

Cristiano Ronaldo

Casi todo el mundo, sobre todo aquel que tenga cierto gusto por el deporte, ha oído hablar de Cristiano Ronaldo. Este futbolista de élite no solo es conocido por ser uno de los mejores del mundo (o el mejor, según a quién le preguntes), sino que además es famoso por tener un afán de superación que parece que se sale de toda regla.

Quizá haya quien piense que nació con la aptitud del fútbol de nacimiento, y que sólo debió pulirla para tener así el camino al éxito asegurado. Pero hay mucho más en su historia personal…

Nació en medio de la pobreza, en una isla (Madeira) apartada de los grandes núcleos urbanos y poblaciones cosmopolitas. Ese fue el escenario con el que contaba, y desde donde proyectó su idea del éxito y su intención de alcanzarlo. Y no únicamente por sí mismo, sino por sacar a su madre de esa vida de pobreza. Una vida mucho más complicada y difícil de lo que la gran mayoría de la población (donde nos incluyo a ti y a mí) tiene en su propia realidad.

A los 15 años, cuando ya había fichado por el Sporting de Lisboa, su carrera estuvo a punto de verse truncada por una afección en corazón. Su madre, que siempre le apoyó, dio permiso para la operación y ésta salió bien. A partir de ahí comenzó su trayectoria hacia el estrellato.

Comenzó a despuntar en cada partido, y el público empezó a pensar que ya tenía otro ídolo de cara al futuro. Aunque su apoderado Jorge Mendes dijo: <<pero de estrella no tenía nada. Sabía que había que trabajar mucho para triunfar>>.

Desde los 16 años, tras entrenar junto con toda la plantilla (el equipo de compañeros), iba a realizar entrenamiento con pesas y ejercicios para mejorar su musculatura, velocidad y el disparo de faltas (algo por lo que también es muy conocido)

Mientras tanto, y en su ascenso en su carrera futbolística, donde ya fue fichado por un equipo inglés, contaba con el problema de un padre alcohólico, el cual murió debido a este problema cuando Cristiano tenía 20 años, algo que le afectó profundamente. Pero no solo eso: su hermano cayó en el mundo de las drogas. Cristiano invirtió todo lo necesario para sacarle de ese problema. Y lo consiguió, para que luego Hugo cayese en el del alcohol, como su padre. Aun así Cristiano continuó luchando por salvar a su hermano, y finalmente consiguió que dejase también este destructivo vicio.

Los que conocen a Cristiano Ronaldo, dicen de él lo siguiente:

  • Quiere ser el mejor futbolista de la historia, y para ello se entrena todo lo que sea necesario para conseguirlo.
  • Uno de sus secretos es que siendo el mejor del mundo podría rebajar su presión personal, pero nunca lo hace. Se entrena lo mismo o más que nadie. Lo tiene todo y eso no le hace relajarse. Sigue trabajando como si no hubiera obtenido nada.
  • Otro de sus secretos es que compite contra sí mismo. Se reta. Es su mayor enemigo porque se insulta y critica cuando falla. Simula tener dos personalidades para así poder llegar a ser el mejor.

Todo esto dicho no son más que unas pequeñas y escasas pinceladas de una vida que no ha sido para nada fácil, que no le ha dado ayuda de ninguna forma. Pero que aun así, gracias a la tenacidad, mentalidad y compromiso consigo mismo, Cristiano Ronaldo ha llegado a ser uno de los más grandes en el mundo del deporte. Consiguiendo no solo reconocimiento en su disciplina deportiva, sino una vida cargada de abundancia a todos los niveles.

Conclusiones sobre la aptitud y la actitud

Cuando te propones algo y aun a pesar de las dificultades vas a por ello, el éxito va a tu encuentro. O como decía Paulo Coelho en su libro “El Alquimista”: <<cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño”.

Si naces con una aptitud que te facilite una tarea, vas a tener que practicarla para que esa bendición que tienes se transforme en algo determinante en tu vida. Sino, se quedará en un potencial sin explotar.

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Y por muy difícil que sea tu situación actual, por complicadas que sean las circunstancias, nada de esto es decisivo a la hora de conseguir o no tus objetivos. Al final, estos siempre dependen de una sola cosa: TÚ.

Espero que te haya gustado este artículo. Lo cierto es que yo he disfrutado mucho escribiendo sobre ello, pues creo firmemente que cualquier persona puede conseguir todo aquello que desee si realmente se lo propone. Todo esto nos empodera, nos carga de motivación y poder personal. ¡Es algo grande! ¿Qué te parece a ti? Deja un comentario aquí abajo, y hablamos sobre este apasionante tema 😉

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Un abrazo.

Óscar Martín.

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