En este artículo os quiero hablar sobre las creencias limitantes, un tema que me apasiona y en el cual estoy especializado.

Y es que el tema de las creencias limitantes no solo merece una intensa atención y trabajo para la transformación interior. Es algo que tiene mucho contexto. Así que abordarlo en un solo artículo puede ser algo no solo pretencioso, sino que además escaso.

Por ello he decido que iré haciendo diferentes artículos sobre esta temática. Y no es sólo por aportar mayor profundidad/información para el lector. Sino porque soy muy consciente de que no todos reaccionamos con la misma teoría o práctica.

Lo que te funciona a ti no tiene por qué funcionarme a mí. Es por ello que en el camino de la mejora personal, existen diversas técnicas y opciones. Algunos ‘vibrarán’ más con unas. Otros, con otras distintas.

De lo que se trata es de dar con aquello que resuene en tu interior, que te invite y ayude a transformarte. Y así, poder tener una vida más rica, ayudándote a que logres tus objetivos. Donde, sin duda, uno de ellos es alcanzar la abundancia, que tanta paz y serenidad ofrece en todos los aspectos.

En este artículo voy a ofrecerte 5 pasos para transformar las creencias limitantes. Si este método te funciona, fabuloso. Y sino, seguro que encontraremos uno más acorde para ti 😉

Y ahora, comencemos…

 

¿Qué son las creencias limitantes?

 

Qué son las creencias limitantes

Tal vez por lo que leíste en diversas fuentes, tienes la idea de que las creencias limitantes son ‘malas’. Si se llaman limitantes, no parece ser que sean muy positivas o aconsejable tenerlas.

El caso es que esto no es tan obvio. Y creo que una aclaración a este respecto nos podrá ayudar a entender algunas cuestiones.

Las creencias limitantes están para protegerte. Sí, lo has leído bien: protegerte. En principio se podría decir que son defensas que tiene tu cerebro para poder cuidarte. Se encuentran grabadas dentro de ti para que no sufras o corras peligro.

De forma general, las creencias (ya sean limitantes o empoderantes) se forman en eventos concretos de nuestra vida. A base de repetir un pensamiento formado por una situación, éste se convierte en una creencia.

Imaginemos que vas a tu primera entrevista de trabajo. Estás nervioso, pero no tienes experiencias previas negativas, así que no tienes por qué pensar que te va a salir mal, que no vas a dar la talla… Y te toca el peor entrevistador del mundo. Te lo hace pasar mal, analiza en detalle tu currículum, te realizar preguntas trampa, pone en duda tus capacidades. Todo para que al final te diga que no eres aceptado para el puesto de trabajo.

En tu siguiente entrevista muy posiblemente estarás algo más nervioso que la vez primera. Ya dispones de un recuerdo previo, y cargas con ello. Si te vuelve a salir mal la entrevista, dando de nuevo con una persona que parece que está puesta para hacértelo para mal, en vez de para evaluarte, reforzarás la sensación que te quedó tras tu primera entrevista.

A base de repetir en diversas ocasiones, se puede crear una creencia limitante: “las entrevistas de trabajo son difíciles… los entrevistadores son muy duros conmigo… me siento mal e incapaz de afrontar la situación”.

Como antes decía, las creencias limitantes están para protegerte. Por ello, ante una situación de peligro, te recuerdan el estado anímico o emocional en el que te encontrabas en las situaciones ya vividas en el pasado. Y esto te hace plantearte si serás capaz de afrontar la situación. Todo ello para evitarte pasarlo mal de nuevo.

Las creencias limitantes te mantienen en tu zona de confort. Son recursos para que te mantengas ahí y no sufras riesgos ni perjuicios.

 

Cuáles son las creencias limitantes más comunes

 

Cuáles son las creencias limitantes más comunes

 

Existen multitud de creencias limitantes, con muchos tipos de significado, y todas dependen de las vivencias de cada persona.

No es lo mismo las creencias que puede tener alguien que ha vivido en la pobreza, que otra persona que vivió en la abundancia económica. Además, las actitudes de la persona influyen mucho, como el lugar de dónde proceden las creencias.

Aún así, a continuación dejo un listado de ejemplos de las creencias limitantes más comunes:

  • No soy lo suficiente.
  • No sirvo para hacer eso.
  • No me valoran.
  • No conseguiré lo que quiero.
  • Todo me sale mal.
  • Me pongo enfermo con facilidad.
  • Otros consiguen lo que quieren, pero yo no.
  • Siempre me sale mal lo que me propongo.
  • Para qué intarlo, no funcionará.
  • No le gusto/atraigo a otras personas.
  • Siempre tendré problemas de dinero.
  • Etc.

El listado puede ser interminable. Pero estoy seguro de que leyendo estas creencias limitantes más comunes, reconocerás que alguna de ellas está instalada en ti.

 

La congruencia de lo interno y lo externo

La mente busca congruencia con el mundo exterior. De esta forma, se siente integrada. Es por ello que vemos el mundo como somos nosotros interiormente, no como el mundo es en realidad. Un ejemplo de ello puede ser que en un contexto dado (la situación política de un país, por ejemplo) una persona puede sentirlo de una forma totalmente diferente que otra.

Todo ello es dependiente de las programaciones y creencias que haya en la mente de una persona.

Y en este “buscar la congruencia” de la mente, entra en juego un factor fundamental. Es el llamado SAR (Sistema de Activación Reticular)

El SAR se podría decir que es un filtro que posee la mente. Del exterior nos llega una cantidad abrumadora de información cada segundo. Mucha de esa información nuestra mente la desecha, pues no la considera importante para nosotros.

¿Y qué utiliza para discriminar, decirle al SAR qué es lo que debe pasar su filtro y qué no? Pues nada más y nada menos que las creencias e información que tengamos grabada.

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¿Has escuchado alguna vez decir a una mujer embarazada que desde que se encuentra en estado, ve mujeres embarazadas por todos lados? ¿Te has comprado un coche de una marca y color concretos, y desde entonces ves coches iguales por todas partes?

Eso es el SAR ofreciéndote información que considera relevante para ti. Y fíjate que aquí hay algo muy, pero que muy importante: las mujeres embarazadas, los coches, todo eso SIEMPRE estuvo ahí. Solo que no fuiste consciente de ello.

¿De qué otras cosas no serás consciente? ¿Oportunidades de negocio? ¿Personas ideales con quienes tener una relación de amistad o pareja?

El problema de tener creencias limitantes es que éstas influirán en el SAR, por lo que la mente al buscar congruencia con lo interno y lo externo, te facilitará -prestará atención- siempre situaciones exteriores que estén acordes con lo que tienes interiormente. Y si por dentro tienes miedos, juicios, sentimientos de inferioridad, frustraciones… tu mundo exterior será exactamente igual.

 

 

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Cómo cambiar las creencias limitantes

 

Con lo anteriormente explicado, podemos entender la gran importancia que tiene el cambiar las creencias limitantes. Pero por si no te ha quedado claro, te haré un pequeño resumen de algunas implicaciones de este tipo de creencias.

  • Te condicionan, pues ante una situación la abordarás con un juicio preconcebido.
  • Manipulan tu SAR (Sistema de Activación Reticular) para que permita entrar en tu mente información del exterior que concuerde con las limitaciones grabadas en tu interior.
  • Te estacan en tu zona de confort, poniéndote impedimentos para salir de ella y poder disfrutar de nuevas y prósperas situaciones.
  • Creerás que el mundo es tal y como lo conoces desde tu punto de vista. Si por ejemplo eres mujer y tuviste malas experiencias con los hombres, podrás pensar que todos los hombres son iguales, como si el haber tenido ‘x’ número de experiencias pudiese significar que los millones y millones de hombres que hay en el mundo son todos de la forma que tú crees. Esto, obviamente, es también aplicado para los hombres que piensan que todas las mujeres son iguales 🙂
  • Etc…

Muchas creencias limitantes llevan en nuestro interior una cantidad inmensa de tiempo. Pero que ello no te desanime, pues tampoco necesitarás una cantidad de tiempo igual para modificarlas.

Lo que sí que requerirás es ganas de trabajar. Intención de cambiar. Ilusión por el proceso.

Pues como podrás imaginar, aquello que lleva contigo mucho tiempo ha creado en ti una serie de rutinas, a nivel mental, emocional y físico. Y habrá que lidiar con esos “pilotos automáticos” para conseguir llegar al destino deseado.

Existen muchos métodos para cambiar y eliminar las creencias limitantes, y poner en su lugar creencias empoderantes o potenciadoras. Los procesos de coaching, por ejemplo, pueden ayudar mucho. Así como el uso de PNL, una maravillosa herramienta para cambiar la percepción de la mente sobre cómo experimenta ciertas cosas, lo cual cambiará las creencias.

A continuación, te detallaré un método para descubrir, cuestionar y cambiar las creencias limitantes.

Cómo detectar las creencias limitantes 

 

Paso 1: identificación

Si queremos cambiar algo, hemos de tener claro qué es. En este punto no vale decir cosas genéricas como “tengo baja autoestima”. De lo que se trata es de identificar, con la mayor exactitud posible, la creencia.

Es por ello que hemos de ser observadores de nuestros pensamientos, y ver cómo éstos modifican nuestro estado emocional. Si por ejemplo pensamos algo respecto a nuestras capacidades personales en un tema concreto, nuestro nivel resolutorio ante una situación, y sentimos emociones tales como tristeza, angustia, impotencia, entonces podemos dar por claro que estamos tocando una creencia limitante.

Hay que saber con exactitud cuál es el pensamiento que detonó estas emociones.

Obsérvate y toma buena nota de aquellos pensamientos que te hagan tener sentimientos de los llamados “baja vibración”. O lo que es lo mismo: que te hagan sentir mal.

 

Paso 2: encontrando el origen

Una vez que tenemos un pensamiento limitante, captado en el paso anterior, ahora nos toca buscar su origen. ¿De dónde viene? ¿Cómo llegó a nosotros? ¿Fue debido a una experiencia que tuvimos? ¿O tal vez es algo que nos dijo alguien?

Cómo detectar las creencias limitantes 

En este punto hay que tener en cuenta dos aspectos:

  • La realidad es subjetiva, nada es 100% real (como decía antes en el ejemplo de cómo observaban dos personas la misma situación política de un país) Lo que llamas ‘realidad’ es filtrado y modificado por tus creencias y programaciones.
  • Ni una experiencia, ni cien, definen ‘algo’ como constante.

¿Qué quieren decir estos dos puntos?

En primer lugar que tú puedes tener un recuerdo de algo que te sucedió y que sea falso. Imagina que tuviste un cruce de palabras con alguien. Puede haberte quedado la sensación de que esa persona quedó con una mala impresión sobre ti. Cuando la verdad es que realmente no fue así. Es por ello que cuando identifiquemos el origen de una creencia, tratemos de ver si es 100% justa, o si no es más que algo sujeto a nuestra interpretación personal. O lo que es lo mismo: falsa.

Si la creencia está basada en una serie de experiencias con los mismos resultados, el enfoque objetivo es el siguiente: que algo saliese ‘mal’ una, cinco o veinte veces, no significa que siempre vaya a suceder igual. Alguien que pruebe a jugar al golf y que sea un desastre en sus primeras prácticas, podrá pensar que es un negado para ese deporte. Cuando lo justo y objetivo es pensar que sólo necesita más práctica.

Esto es aplicable a cientos de cosas: cantar, bailar, dibujar, conducir, tener relaciones con los demás, abrir un negocio, estudiar, relacionarte con una persona que te atraiga, conseguir un objetivo concreto…

 

Paso 3: los beneficios

Una vez identificada la creencia limitante, hay que observar qué beneficios tiene. Como decía antes, las creencias modifican el filtrado del SAR, por lo que éste dejará pasar a nuestro interior sólo información del exterior que nos sirva (lo que esté en nuestra zona de confort)

Por lo tanto, una creencia limitante tiene beneficios.

Si por ejemplo tienes la creencia de no enfrentarte a los personajes de poder (un jefe, por ejemplo) porque vas a salir perjudicado de alguna forma, encontrarás en el exterior –filtrado por el SAR- las situaciones perfectas para no vivir una situación así. Para estar a salvo.

En este ejemplo, podemos ver algo con claridad: el sistema de defensa que te hace estar seguro y no tener un enfrentamiento, te limita y cohíbe. No te permite manifestarte, empoderarte, sacar tu poder.

Te sugestiona para evitar encarar una situación.

Una vez que se ha ubicado el beneficio, y después de darnos cuenta que éste suele ser limitante, ahora lo que toca es realizar el ejercicio de pensar en la creencia contraria. Buscar el polo opuesto.

Volviendo al ejemplo anterior, la creencia contraria -y por lo tanto empoderante- sería: “soy capaz de enfrentar situaciones con personajes de poder”.

En este punto hay que ver qué se siente ante la nueva creencia. ¿Te sientes más poderoso? ¿Tal vez tienes una sensación de ligereza, como si soltases un gran peso? ¿Quizás mayor libertad?

Este punto es de gran importancia, pues te ayuda a percatarte del beneficio que tiene una creencia empoderante que sustituye a una creencia limitante.

 

Cómo trabajar las creencias limitantes

 

Cómo trabajar las creencias limitantes

 

Paso 4: recordando

En este paso lo que se va a hacer es buscar en nuestra memoria recuerdos de situaciones donde la creencia empoderante (aquella contraria a la limitante que estamos trabajando) fue una realidad en nuestra vida.

Siguiendo el ejemplo anterior, tal vez puedas recordar una situación donde tuviste un enfrentamiento con un profesor o un responsable en tu trabajo. Un enfrentamiento educado y respetuoso, donde expusiste tu punto de vista, sin rebajarte debido a tu rol.

Tal vez, con el paso del tiempo y diversas experiencias, una persona pueda ir volviéndose más cohibida, desarrollando así una creencia que le evite tener enfrentamientos como lo anteriormente descrito. Pero si busca en sus recuerdos, sin duda encontrará situaciones donde no era así.

Esto le demostrará que tiene todos los recursos necesarios para conseguir aquello que la creencia limitante le dice que no puede lograr.

Encontrar esos recuerdos del pasado harás más creíble la creencia empoderante, pues ha sido vivida con anterioridad. Y tener conciencia de ello servirá para poder interiorizar la creencia de que uno es capaz de lograr algo en concreto.

 

Cómo eliminar y borrar las creencias limitantes

 

Paso 5: practicando

En este último paso, de lo que se trata es de afianzar todo lo posible la creencia empoderante. Y esto se consigue de dos maneras:

Sugestión. Al igual que una creencia limitante se instaló en nuestro interior debido a que se repitió una y otra vez, lo mismo ocurre con una creencia empoderante. Es el mismo sistema a utilizar. Por lo tanto, el diálogo interno constructivo se convierte en un poderoso aliado. Repetirte, una y otra vez, que eres capaz de conseguir lo que quieres, te ayudará a interiorizar esta idea. En este punto hay algo importante a destacar: si te sorprendes a ti mismo teniendo una conversación negativa, es el momento perfecto para darle la vuelta y comenzar un diálogo contrario (empoderante) De esta forma comenzarás a sustituir una creencia por otra.

Acción. No todo es diálogo interno y autosugestión. Hay que pasar a la acción. Lo cual implica que en situaciones donde se deba aplicar una creencia empoderante, hagamos nuestra parte ‘física’ y nos comportemos en congruencia con aquella nueva creencia que estamos sembrando en nuestro interior. Soy consciente de que esta parte es de mucha dificultad, más aún cuando no estás del todo convencido. Pero déjame decirte (o recordarte) que los miedos se superan enfrentándolos. Y es cuando lo haces y superas la situación, cuando te das cuenta que tienes más poder de lo que imaginabas. Más recursos de los que pensabas. Más capacidades de las que creías.

Cómo eliminar las creencias limitantes

 

Conclusiones sobre las creencias limitantes

Como podrás comprobar, en esto de cambiar las creencias limitantes hay un componente clave, y es la implicación personal.

Hemos sido acostumbrados a buscar el camino fácil en todo. Esperamos que mediante una ‘pastillita’ nuestros problemas se solucionen por arte de magia. Y no funciona así.

Hay un refrán que dice: “el que algo quiere, algo le cuesta”. Y aunque a día de hoy existan diversas corrientes de pensamiento filosófico y metafísico que dicen que no hay que hacer nada, pues ya todo es dado, lo cierto es que la acción siempre es necesaria.

Si quieres un cuerpo sano, vas a tener que cuidarlo. Y no solo en lo que a los pensamientos y emociones se refiere, sino también la alimentación y el ejercicio físico. Aquí hay grandes dosis de acción, en todos los puntos citados, desde los pensamientos hasta el ejercicio. Toda decisión tomada y llevada a la práctica es una acción por sí misma, ya sea ésta intelectual o física.

La acción siempre es requerida, pues te dirige hacia el objetivo marcado. Si quieres un trabajo, nadie va a ir a tu casa, llamar a la puerta y ofrecértelo cuando tú lo único que has invertido en el proceso ha sido estar en el sofá viendo la televisión, y ni siquiera has enviado un currículum o te has puesto en contacto con empresas que ofrezcan ofertas laborales.

Por lo tanto, tendrás que acometer las acciones que se requieran para poder propiciar el cambio que deseas en tu vida. Tu intención de cambiar es la semilla de la cual brotará un maravilloso fruto. Pero el cuidado de la semilla se realiza con acciones: regado, mantenimiento de condiciones óptimas, aportar la luminosidad necesaria…

Esto no ha de intimidarte de ninguna manera. Únicamente te lo digo para que seas consciente del hecho de que haber leído y entendido este artículo, no va a suponer nada si no pones en acción los pasos ofrecidos.

Antes de despedirme, quisiera hablar de dos opciones que tengo a tu disposición para trabajar las creencias limitantes y poder instalar otras empoderantes, que te ayudarán a mejorar tu vida de forma notable.

La primera es el libro práctico «Programando creencias para el éxito«, con el cual podrás descubrir cuáles son las creencias limitantes más importantes que tienes, y una guía paso a paso para cambiarlas. El libro electrónico se entrega con hojas de ejercicios para que puedas realizar todo el proceso. Puedes adquirirlo haciendo click aquí.

Y si quieres trabajar a fondo las creencias en un proceso que cambiará tu vida, te aconsejo mi servicio de coaching y mentoring, donde yo personalmente te acompañaré en el trabajo de cambiar las creencias que te están limitando para obtener los objetivos que deseas lograr. Para más información, haz click aquí.

Un abrazo.

Óscar Martín.

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